El cuento motor es una variante del cuento hablado.
Podríamos decir que es un cuento representado, un cuento jugado, en el
cual hay un narrador y un grupo de niños y niñas que representan lo
que dice
dicho narrador. Los personajes se desenvuelven en un
contexto de reto y aventura, con el fin de superar desafíos con el que los
niños se pueden sentir identificados. Del relato dimanan propuestas en las
que los alumnos participan, emulando a los personajes desde la
acción motriz dotada de significado.
Uno de los mayores beneficios que tiene el cuento motor es
la motivación que ejerce en el niño. Cuando el niño escucha un
cuento, interpreta en su mente o representa mentalmente las escenas
del
cuento; pero un cuento motor hace que el niño sea el
protagonista de esas imágenes o representaciones mentales cuando ejecuta los movimientos. Es una forma libre y desenfadada, en la cual el
niño, lleno de energía, expresa sus emociones y sentimientos, además de
explayar su imaginación.
El cuento motor incide directamente en la capacidad
expresiva de los niños. Primero interpretan el cuento cognitivamente y
luego lo interpretan motrizmente.
Propósito
- Que los niños sean protagonistas, desarrollando las dimensiones cognitiva, afectiva, social y motora.
- Que los niños desarrollen la capacidad creativa, interpretando corporalmente lo que se está verbalizando, potenciando el desarrollo de su imaginación.
- Que descubran su propio cuerpo como vehículo de comunicación y expresión.
Descripción de la estrategia
Para trabajar en nuestras aulas los “cuentos motores” es recomendable tener en cuenta algunas pautas metodológicas:
Introducimos a los niños en la historia que les vamos a
narrar, motivándolos a través de un disfraz, pañuelos, cintas, algún
objeto relacionado con el cuento, un títere, etc.
Narramos el cuento, y los niños van realizando las distintas actividades motrices relacionadas con lo que ocurre en el
relato.
Los cuentos motores constan de tres fases:
- Fase inicial:
- Fase principal: narración y vivenciación del cuento.
- Fase final: vuelta a la calma
Aquí narramos la parte final del cuento. De esta manera, conducimos a los niños a una fase relajada y calmada para concluir la historia.
El cuento viajero
Consiste en un libro preparado por las docentes. Se elige el formato y se considerará una página por cada niño de nuestra
clase. Se les propondrá a los niños la tarea de forma colectiva. Se
elaborará la
primera página con el inicio de la historia y se la
pasaremos a uno de los niños para que continúe la historia. Entre toda la clase,
pero de forma individual, cada uno de los niños participa en la creación
del cuento. Los niños se llevarán a casa el libro (los fines de semana) y,
con la ayuda de su familia, continuarán la historia. El papel de los padres
será el de escribir lo que su hijo o su hija cree.
La idea es que cada niño haga su página y que, al día
siguiente, el niño sea el protagonista de su parte de la historia y
explique qué ha hecho, con quién, cómo lo ha hecho, etc.
Cuando todos los niños del aula han elaborado su página del cuento, juntos, y con ayuda de la docente, crean el final
para la historia.
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